Inspira a tu hijo a ser mejor después de la contingencia

By Xóchitl González @psico_infantil

www.psicologiaparaninos.com

Los rituales y los pensamientos positivos nos ayudan a lograr cosas, como poder visualizar una meta, por ejemplo. En los niños, estas herramientas son mucho más poderosas, ya que no tienen tantos bloqueos mentales como nosotros los adultos. Ellos se dejan ir más fácilmente, creen, tienen fe, lo ven posible… ¡aprovecha esta virtud en tu hijo y ayúdalo a ser una mejor versión de sí mismo!

Por eso te comparto este pequeño ritual, que tiene como base algunos lineamientos de arteterapia y de psicología positiva. Los niños lo integran muy bien y lo disfrutan mucho.

• Busca un buen momento para que estén tranquilos.
• Toca el tema de la pandemia, explicándole que se trata de un momento que va a quedar atrás. Cuando eso suceda, volveremos a poner el reloj en ceros, es decir, será un nuevo comienzo, y eso nos da la oportunidad de dejar en el pasado aquello que no nos gustó o que nos puso tristes. Lo más importante: ¡tenemos la oportunidad de reinventarnos y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos!
• Pregúntale si le gustaría ser mejor o más feliz de lo que fue antes de la contingencia; si le gusta tener la oportunidad de empezar de nuevo y reinventarse.  Inspira a tu hijo a ser mejor después de la contingencia
• Pídele, de acuerdo con su edad, que escriba o dibuje (lo ideal es que haga ambas cosas) lo siguiente: como título del dibujo, deberá ir su nombre referido a antes del coronavirus; es decir, en caso de que tu hijo se llame Emiliano, deberá decir: “Emiliano antes del coronavirus”. Si todavía no sabe escribir, puedes ayudarle. Inspira a tu hijo a ser mejor después de la contingencia
• Después pídele que dibuje y escriba cómo fue el Emiliano antes de la contingencia y qué le gustaría cambiar. Déjalo usar su imaginación, no lo límites; lo poderoso de este ejercicio es que él escriba y dibuje libremente, no de una manera determinada. Dale el tiempo que necesite para dibujar y escribir las cosas de ese Emiliano que quiera modificar. Mientras, puedes aprovechar para ahondar un poco y pedirle que te cuente por qué quiere cambiar esas cosas. Ten mucho cuidado de no juzgarlo, tú solo serás un apoyo para que él realice su ritual.
• Una vez que haya terminado, doblen la hoja de manera que quede lo más pequeña posible.
• Pregúntale cómo quiere que sea el Emiliano después de la pandemia. Puedes ayudarlo a retomar algunas ideas, por ejemplo, si antes contaba mentiras, el Emiliano del futuro podría ser honesto y con la valentía necesaria para decir la verdad.
• Una vez que te diga un par de características del “nuevo Emiliano”, pídele que dibuje y escriba cómo será y déjalo disfrutar de esta parte de la actividad. Inspira a tu hijo a ser mejor después de la contingencia
• Cuando esté listo el dibujo, decórenlo como ustedes gusten. ¡Entre más creativos mejor! La idea es que quede muy bonito.
• Recorten en pedazos muy chiquitos el dibujo del Emiliano antes del coronavirus, guárdenlo en una bolsa de plástico y ciérrenla. Es importante que él vea que se cierra, ya sea con un nudo o con un listón.
• Cuando llegue el día de reanudar actividades tiren a la basura la bolsita con el dibujo viejo y saquen el nuevo. Pídele que repita contigo lo siguiente: “A partir de hoy seré una mejor versión de mí y seré más feliz”.
• Pongan ese dibujo en un lugar especial, donde él lo pueda ver constantemente para que sirva como recordatorio constante de que todos los días puede ser una mejor versión sí mismo.

La importancia de la interacción social

By Sofía Sánchez de Tagle https://mamaundiaalavez.com/

IG: @mama1diaalavez

El ser humano es el animal más social de todos los animales. Desde el momento que nacemos necesitamos de los demás para sobrevivir, desarrollarnos y acompañar nuestros procesos evolutivos.

Necesitamos contacto de calidad con otras personas. ¿Seremos nosotros suficiente contacto para nuestrxs hijxs, especialmente durante su primera infancia, en esta época de encierro tan prolongado?

Al inicio de esta pandemia, donde parecía que el encierro duraría a lo mucho un par de meses, tenía muy presente esta frase de Thich Nhat Hanh » El regalo más preciado que podemos dar a otros es nuestra presencia. Cuando nuestra atención plena abraza a los que amamos, florecen como flores.«

Estaba yo tranquila y segura que lo único que necesitaban mis hijas encerradas entre cuatro paredes eran mi atención y presencia plena. Pude ser testigo de esto, especialmente con mi bebé de ahora 20 meses, porque fue en el encierro que empezó a caminar, a hablar, a florecer. Esa interacción constante con sus hermanas, con su papá y conmigo, la hicieron crecer y desarrollarse increíblemente.

Reafirmé que lo que un bebé realmente necesita durante sus primeros años de vida, no es la escolarización temprana y la relación con mas niñxs, sino el contacto de calidad con sus cuidadores primarios.

Pero con mis hijas mayores, de 5 años, la historia es diferente. Soy consciente que la interacción con nosotros ya no es suficiente. Dos personitas sociales por naturaleza, con ganas de comerse al mundo, empiezan a desesperarse, a explotar, a llorar, a verbalizar su necesidad de conectar físicamente con su familia extendida y amigxs. Porque verlos a través de las pantallas ya no es suficiente.

Y es entonces que a pesar de que la tecnología nos ha acercado a los que amamos durante esta epoca, nos hace darnos cuenta que no existe nada que reemplace un abrazo, un beso, un mirarse a los ojos.

El aislamiento en nuestros niños si puede traer riesgos en su desarrollo socio-emocional. No quiero que estos meses, su cerebro se quede sin desarrollar esa área tan fundamental. Quiero que se sientan parte de un grupo mayor a su pequeño núcleo familiar.

Quiero que esta casa se llene otra vez de ruido, de gritos y risas. Que se nos quite el miedo de abrazar, besar y compartir con los que amamos. Deseo con todas mis fuerzas que no nos dejemos controlar por el miedo que ha generado un virus microscópico.

Y espero poderles contar algún día, que el beneficio de no haber podido interactuar socialmente con los demás, despertó la conciencia colectiva y literalmente salvó vidas, no de las personas a las que por cuidarnos salvamos del Covid, sino que salvamos nuestras propias vidas, de la rutina, de las prisas y de la cotidianidad, que nos hace perdernos de la magia de la vida.

Que esta falta de interacción social con los demás, nos haga interactuar con nosotros mismos y descubrir que somos nuestra más grande compañía.

By Sofía Sánchez de Tagle https://mamaundiaalavez.com/

IG: @mama1diaalavez

¿Se dan cuenta que ahora escuchamos diferente?

By @Paola_Albarran FB Paola Albarran

¿Se dan cuenta que ahora escuchaos diferente?

Que escribimos mensajes con cariño, sin prisas y fijándonos en la ortografía y en que el auto corrector no destruya lo que queremos.

¿Se dan cuenta que estos días somos más receptivos y más pacientes sin tenerlo como meta, que se va construyendo poco a poco, simplemente ya lo somos?

¿Se dan cuenta que hemos tenido tiempo de analizar cada paso que llevaba nuestro rumbo y sin ego hacer un juicio si vamos en la dirección correcta o no?

¿Se dan cuenta de nuestra capacidad de adaptación a un mundo ahora más pequeño pero más consciente y conectado?

¿Se dan cuenta que nuestro fuerte no es una falsa pantalla si no un fuerte hecho de familia y amigos donde te sientes seguro? ¿Se dan cuenta que por fin entendimos él famosos dicho “no se trata de llegar primero, si no de llegar juntos”?

Que los ancianos se que no tenían voz ahora son nuestra mayor preocupación.

Que los retos virales se están convirtiendo en obras sociales.

Que nuestro máximo anhelo son los abrazos que estrujan los huesos y tomar un café con un amigo en cualquier terraza.

Que la rutina de la que tanto nos quejamos y el tráfico es lo que hoy extrañamos.

Que nos urgía esta pausa para ordenarnos y empezar a pasarnos en limpio.

Y se quitaron los candados de cursos, películas visitas virtuales así como se quitaron los candados del egoísmo y el protagonismo.

Ahora recibimos mensajes de gente que no teníamos tiempo de hacerlo y lo mismo hacemos nosotros; interesarnos cómo está el de al lado de verdad.

Tiempo para arreglar cosas que no están bien y pedir perdón por errores que deben quedar atrás y hacerlo lo mismo y seguir sin cargar de más

Que nos volvimos amenaza para los demás cómo ellos se volvieron nuestra amenaza.

Que el comercio se paralizó pero las ideas nunca ceden a detenerse ni por un minuto.

Que el tiempo es relativo y depende de nosotros que siga siendo un tiempo de renovación.

Paola Albarrán

@Paola_Albarrán

Inspira a tu hijo a ser mejor después de la contingencia

By Xóxchitl González

Los rituales y los pensamientos positivos nos ayudan a lograr cosas, como poder visualizar una meta, por ejemplo. En los niños, estas herramientas son mucho más poderosas, ya que no tienen tantos bloqueos mentales como nosotros los adultos. Ellos se dejan ir más fácilmente, creen, tienen fe, lo ven posible… ¡aprovecha esta virtud en tu hijo y ayúdalo a ser una mejor versión de sí mismo!

Por eso te comparto este pequeño ritual, que tiene como base algunos lineamientos de arteterapia y de psicología positiva. Los niños lo integran muy bien y lo disfrutan mucho.

• Busca un buen momento para que estén tranquilos.
• Toca el tema de la pandemia, explicándole que se trata de un momento que va a quedar atrás. Cuando eso suceda, volveremos a poner el reloj en ceros, es decir, será un nuevo comienzo, y eso nos da la oportunidad de dejar en el pasado aquello que no nos gustó o que nos puso tristes. Lo más importante: ¡tenemos la oportunidad de reinventarnos y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos!
• Pregúntale si le gustaría ser mejor o más feliz de lo que fue antes de la contingencia; si le gusta tener la oportunidad de empezar de nuevo y reinventarse.
• Pídele, de acuerdo con su edad, que escriba o dibuje (lo ideal es que haga ambas cosas) lo siguiente: como título del dibujo, deberá ir su nombre referido a antes del coronavirus; es decir, en caso de que tu hijo se llame Emiliano, deberá decir: “Emiliano antes del coronavirus”. Si todavía no sabe escribir, puedes ayudarle.
• Después pídele que dibuje y escriba cómo fue el Emiliano antes de la contingencia y qué le gustaría cambiar. Déjalo usar su imaginación, no lo límites; lo poderoso de este ejercicio es que él escriba y dibuje libremente, no de una manera determinada. Dale el tiempo que necesite para dibujar y escribir las cosas de ese Emiliano que quiera modificar. Mientras, puedes aprovechar para ahondar un poco y pedirle que te cuente por qué quiere cambiar esas cosas. Ten mucho cuidado de no juzgarlo, tú solo serás un apoyo para que él realice su ritual.
• Una vez que haya terminado, doblen la hoja de manera que quede lo más pequeña posible.
• Pregúntale cómo quiere que sea el Emiliano después de la pandemia. Puedes ayudarlo a retomar algunas ideas, por ejemplo, si antes contaba mentiras, el Emiliano del futuro podría ser honesto y con la valentía necesaria para decir la verdad.
• Una vez que te diga un par de características del “nuevo Emiliano”, pídele que dibuje y escriba cómo será y déjalo disfrutar de esta parte de la actividad.
• Cuando esté listo el dibujo, decórenlo como ustedes gusten. ¡Entre más creativos mejor! La idea es que quede muy bonito.
• Recorten en pedazos muy chiquitos el dibujo del Emiliano antes del coronavirus, guárdenlo en una bolsa de plástico y ciérrenla. Es importante que él vea que se cierra, ya sea con un nudo o con un listón.
• Cuando llegue el día de reanudar actividades tiren a la basura la bolsita con el dibujo viejo y saquen el nuevo. Pídele que repita contigo lo siguiente: “A partir de hoy seré una mejor versión de mí y seré más feliz”.
• Pongan ese dibujo en un lugar especial, donde él lo pueda ver constantemente para que sirva como recordatorio constante de que todos los días puede ser una mejor versión sí mismo.

 

¡No etiquetes a tus hijos!

By Xóchitl González

IG @psico_infantil

www.psicologiaparaninos.com

A muchos papás les preocupa que sus hijos sean etiquetados en el colegio, o por algún miembro de la familia, incluso. Sin embargo, algunos de ellos no son conscientes de que muchas veces son ellos mismos quienes dan inicio con este mal hábito. ¡Así es!, por difícil que parezca las etiquetas pueden empezar en casa.

Piensa en la cantidad de veces que has etiquetado a tu hijo. Ahora respóndete esta pregunta: ¿cómo crees que va a responder? ¡Justo de la manera en la que lo etiquetas! Evita etiquetarlo y motívalo a que construya una mejor imagen de sí mismo.

Cambia las etiqueta por frases positivas:

1. Creo que lo puedes hacer más rápido
2. Esta vez lo hiciste mejor que la pasada
3. Cada vez te vuelves mejor
4. Me gusta ver cómo te esfuerzas
5. Cada día te vuelves más hábil
6. ¡Qué fuerte eres, mira qué fácil cargas tu mochila!
7. Cada día eres más responsable
8. Me gusta cómo haces esto
9. Sé que puedo confiar en ti

Este tipo de frases sí lo mantendrán motivado a mejorar; de lo contrario, como para qué se esfuerza si ya está etiquetado como «el que nunca…» o «el que siempre…».

Antes de cambiar las etiquetas por frases positivas, date un día de preparación: escribe las etiquetas que le das a tu hijo y a partir del día siguiente, cámbialas. ¡No más etiquetas!

Roxana Castaños @roxanacastanos

Biografía

 

Mi formación espiritual empezó cuando tenía 14 años, y a lo largo de los siguientes 25 años, mi aprendizaje ha sido continuo.

En un principio comencé participando en rituales de influencia tolteca y tomando temazcales en distintos centros ceremoniales de la Ciudad de México, Ajusco, Tepoztlán y Cuernavaca, entre otras.

En años posteriores, asistí a retiros para adolecentes como el EPA (Encuentros para Adolecentes), el cual tenía una visión cristiana/católica. Después, en 1997, empecé a tomar cursos de budismo en Casa Tibet, y en el 2000 aprendí las enseñanzas con Lama Wanchok.

En el año 2004 participé en un seminario a cerca del entrenamiento de la mente y la meditación, impartido por el Dalai Lama, y en 2008, estuve en un seminario impartido por Yangsi Rinpoche.

Durante esos años participé también en distintos cursos impartidos por Tony Karam en Casa Tibet, y al mismo tiempo, tomé cursos de transformación enfocados en diversos temas, tales como: apertura de conciencia, manejo y liberación de adicciones, meditación, yoga, funcionamiento del cerebro, coaching, comunicación con los ángeles, feng shui, “La energía y la ciencia”, “Cuarto camino” Semiología de la Vida Cotidiana, Liberación del miedo, el perdón, cambios vibracionales, “El arte del amor”, “El 5to acuerdo”, “El arte de vivir en libertad”, neurolingüística, lavado de pies (contacto directo con la humildad, el amor y el interior de los demás) y “El secreto”, física quántica, Metafísica, entre otros.

En los años 2008, 2009 y 2010 incursioné en la filosofía Tolteca, asistiendo a retiros de transformación como: “Viaje de poder” y “El arte vivir en libertad” con los maestros Andrés Portillo y Maribi de Teresa, quienes son discípulos de Miguel Ruiz.

También durante el 2010, estudié en el grupo de entrenamiento “La escuela de la conciencia” con Andrés Portillo y Liliana Martínez, y además, a lo largo de esos 3 años doné mis servicios a manera de apoyo en los retiros y cursos impartidos por Andrés Portillo, dando respaldo y contención emocional a los asistentes, así como apoyando en las dinámicas espirituales.

En diversas ocasiones he asistido a retiros Vipassana en Dhamma Makaranda, del maestro indio S.N Goenka, quien empezó con esta enseñanza en Burma. Estos son retiros de 5 y 10 días de silencio, en los que hay más de 12 horas al día de meditación y se trabaja en el entendimiento de nuestra naturaleza, la auto observación y la ecuanimidad de la mente.

Además, desde el año 2012 he tomado cursos y pláticas de Kabbalah continuamente, con los maestros del centro de Kabbalah mx.

Durante el año 2013 asistí nuevamente al seminario de 3 días que impartió en Dalai Lama en la ciudad de México.

Asistí durante el 2015 a las pláticas y meditaciones de Master Charles a quién también tuve el honor de abrirle una conferencia en la Ciudad de México con una plática Espiritualidad Cotidiana.

Estos cursos, retiros y pláticas han sido impartidos por maestros mundialmente reconocidos, entre los que destacan: El Dalai Lama, Dr. Deepak Chopra, Rimpoche, Lama Wanchok, Maestro Kartar, Andrés Portillo, Andres Soto, Maribi de Teresa, Karen Berg y, Bijay J. Anand, Master Charles y S.N Goenka.

Mi aprendizaje también ha sido sustentado con el conocimiento de importantes personajes del ámbito espiritual, como son el Dr. Miguel Ruiz, Louise L. Hay, Richard Bach, Mathew Ricard, Maurice Nicol, Byron Katie, Eckhart Tolle, Tich Nat Han, Marianne Williamson, Yehuda Berg, Waine Dyer, Sogyal Rimpoché, Dada Acharya Chidrupananda entre otros.

Este conocimiento me ha hecho consciente y responsable con la vida, y ha despertado en mi un enorme entusiasmo por compartirlo y ayudar a otras personas a entender el funcionamiento de nuestra mente, el proceso del alma y el camino que hemos elegido y que podemos cambiar. Me ha inspirado a crear desde una nueva consciencia, una nueva realidad basada en el amor, la paz y la felicidad.

¡Entender y ser consciente de nuestro ser individual y nuestro ser universal, nos ayuda a liberarnos y a ser personas felices y llenas de vida!

SERVICIO SOCIAL

–  En mis cursos, apoyo desde hace 10 años a mujeres de la fundación contra el cáncer de mama “Compartir es vivir”.

– Organicé durante 3 años ceremonias budistas/pujas impartidas por Lama Yeshi, con la finalidad de recolectar donativos para su monasterio en Bután, donde hay más de 85 niños estudiando Budismo.

– Apoyo al lama Dada Acharya Chidrupananda para hacer talleres en los que imparta sus enseñanzas.

– Participé en el programa de apoyo en hospitales “Ser líder es ayudar” de la Secretaría de Salud, apoyando a niños con enfermedades crónicas.

– He impartido pláticas y conferencias de consciencia y meditación en hospitales y distintos lugares donde se necesita ayuda.

– Beco constantemente a personas de bajos recursos, así como a fundaciones en los distintos cursos y conferencias.

– Imparto meditaciones gratuitas los domingos en el parque Tamayo para ayudar a subir la frecuencia de nuestro país y de cada ser humano.

– Apoyo con meditaciones gratuitas en distintas circunstancias a valorar.

EXPERIENCIA

14 años impartiendo los siguientes cursos de meditación y consciencia:

– CD – Consciencia dinámica I

– EPM – El poder de la meditación

– SP – Suelta tu pasado

– CC- Conecta Con tu Corazón

– EM – Especial de meditación

-Vipassana – meditaciones en grupo con enseñanzas

– Curso de Milagros con meditación

– MC – Mindfulness para la vida cootidiana

– AR – Experimenta el Amor Real : Curso para trabajar con el amor personal

– Ansiedad, la llave de tu Libertad

EXPERIENCIA CON EMPRESAS

Diseño e imparto a empresas de manera presencial u online.

– MPG, Sport City Exectutive, Flock, MOB, Espacios Urbanos, Aires de Campo, Silk, MFM, Another Company

CONFERENCIAS

–  3 años en WW What a Woman

–  Wanderlust DF, Gdl, Mty, Valle de Bravo

–  Ipade

–  TEDX Talk Leon

–  Mundo Rosa la Experiencia CDMX

– Hospital de Cardiología CDMX

– Miscelanea Artesanal (Kashi) 4 Años consecutivos

Tv, Radio y Artículos

– Radio – Crónicas de la Salud con Ethel Soriano / Rdio Genio / Cómo Sabes, Bit 109, Actual

-TV – Ponte Fit, Cadena H

– MARCAS A LAS QUE APOYO COMO EMBAJADORA : Silk, Aires de Campo, Kshi, Mother´s Day,

– ARTÍCULOS: Quién, Glamour, Saludable, AS Deporte, Actual, Nanuya, Periódico Reforma…

ACTUALMENTE COMPARTO MI PASIÓN POR LA MEDITACIÓN Y LA TRANSFORMACIÓN EN: Cursos presenciales

-Asesorías espirituales particulares

-Cursos online particulares y a empresas

-Conferencias

-Artículos

-Eventos gratuitos.

 

La culpa en el encierro

By Sofía Sánchez de Tagle

www.mamaundiaalavez.com

IG @mama1diaalavez

¿Será normal sentirnos culpables en el encierro?

La culpa es parte del día a día de la gran mayoría de las personas. Ahí está acompañando nuestras decisiones o indecisiones, nuestras acciones o la falta de ellas. Y particularmente en la maternidad la culpa se intensifica.

Especialmente ahora que llevamos encerrados ya un mes, sentimos que los días se vuelven eternos, y esa culpa con la que quizás habíamos hecho las paces y aparecía de vez en cuando, ha reaparecido con fuerza de varias formas. Al menos lo ha hecho para mi.

Hay días que me siento culpable de estar disfrutando tanto esta calma, el no tener prisa para hacer absolutamente nada. El tener esta oportunidad de vivir el momento presente y gozarme tanto a mis hijas. Siento culpa porque ¿cómo puedo sentir felicidad en el encierro, cuando hay millones de personas perdiendo sus trabajos, y peor aún la vida misma?

Siento culpa también de estar absolutamente agotada de pasar todo el día con mis hijas, sin descanso alguno. Cómo puedo no querer estar con ellas si son mis hijas, mi responsabilidad y además soy el adulto que les brinda paz, estabilidad, refugio y soy su lugar seguro. Cómo puede ser que quiera encerrarme en el baño para no escuchar un mamáááááá más. Cómo puede ser que no esté disfrutando plenamente de los momentos mas sencillos, que son los que siempre he amado, y los que más buscaba cuando todo era «normal».

Siento culpa de despertar y sólo querer tiempo para mi, de poder tener espacios de silencio donde lo único que pueda escuchar sea mi propia respiración. Tiempo de no hacer nada y tirarme en un sillón y no cambiar pañales, cocinar, limpiar, lavar, hacer manualidades. Tener tiempo de cerrar los ojos e imaginarme cómo serán las cosas cuando podamos regresar a la calle. Aunque sin imaginármelo sepa que nada va a ser como antes.

Tengo culpa de sentirme triste por no haber podido hacer mis muy soñados viajes de este año. Mi 2020 era mi año de viajar, de celebrar con un viaje mi décimo aniversario y mi cumpleaños. De acompañar a mi esposo en familia a una competencia para la cual se llevaba preparando 9 meses, de ir al cumpleaños de uno de mis mas grandes amigos y maestros de vida, de festejar el matrimonio de una gran amiga. Y siento culpa porque estas son cosas irrelevantes al lado de esto que estamos viviendo.

Siento culpa de no estar siendo la mejor versión de mamá algunos días, de ponerles tele cuando antes casi no lo hacía, de pedir comida en lugar de cocinar porque a veces esta situación me rebasa. De acudir al grito como recurso y darme cuenta que no sirve mas que para generar mas estrés y menos vínculo.

Y saben qué. Bendita culpa, bendita porque me ayuda a asimilar todo esto que estoy viviendo. A saber que es humano, HUMANO y real. Que está bien sentir todo lo que necesite mi mente y mi alma. Porque solo abrazando cada una de mis emociones, incluyendo la culpa, es que sé que voy a salir mas fuerte y cuerda de esta prueba.

Y entonces después de intentar asimilar todas estas emociones puedo estar consciente, desde el profundo amor y compasión conmigo misma, que van a haber días maravillosos, otros regulares y algunos malos. Que un día o la situación de un día no me hace mala nada. Que las cosas que me emocionaban este año y que no voy a poder hacer son pequeñas pérdidas, porque son pérdidas de sueños, de ilusiones, y que está bien ponerle nombre y procesarlas. Que está bien no estar en absoluta felicidad todos los días.

Hoy soy un ser humano intentando SER, en medio de esta situación. Ser antes que nada yo misma para lograr ser una mamá conectada y presente para mis hijas, una esposa relativamente amena a pesar del cansancio y estar presente para las personas mas importantes para mi, a pesar de la distancia. A la vez agradezco infinitamente esta pausa, este mundo extraño que me ha hecho valorar más que nunca todo lo que si hay. Todo lo maravilloso que tengo.

Me da tanta felicidad saber que volverán tantas de las cosas que extraño con mucho mas intensidad.

Volverán esos martes de comidas con mi tribu y mis sobrinos tan caóticamente perfectas, los brindis y sobremesas con mi familia, los helados en la calle, los viajes, los conciertos, los restaurantes, los parques llenos, las calles con ruido. El regreso a la naturaleza.

Volverán las pláticas viéndonos a los ojos, los abrazos y los besos.

Creo que a todos nos cambiará la vida para siempre.

Y la culpa en mayor o menor medida ahí estará. Lo que depende de nosotros es no evadirla o esconderla, sino aceptarla, observarla e interiorizarla. Porque una vez entendiendo qué es lo que verdaderamente la causa y detona, podemos asumirla y dejarla ir. LIBERARNOS.

Y espero que este encierro nos libere de esa culpa estorbosa que nos aleja de gozar el momento presente. Ese que es lo único que si tenemos.

Sofía Sánchez de Tagle