¡Felicidades mamá! No eres perfecta ¡eres maravillosa!

¡Felicidades mamá! No eres perfecta ¡eres maravillosa!

¡Felicidades mamá!

No eres perfecta ¡Eres maravillosa!

By Mónica Acosta 

En ocasiones, la ilusión de la perfección nos acecha y ataca a nuestras bulliciosas mentes, haciendo aún más ruido e impidiéndonos reconocer lo maravillosas que ya somos. Sí, lo maravillosas que hoy ya somos. También, la ilusión de la perfección, puede llegar a nublar nuestra visión y mermar nuestra capacidad de disfrutar del momento presente tal y como se presenta con nuestros pequeños. Esto nos lleva a sostener falsas expectativas, aumentando la exigencia hacia nosotras mismas y hacia nuestra familia.

 

Como madres, además de los múltiples roles que desempeñamos, tenemos un enorme y hermoso desafío frente a nosotros: la crianza de nuestros hijos.  A veces, llegamos a abrazar la idea de que la clave para superar con éxito esta etapa de nuestra vida, es ser impecables: hacerlo todo, todo bien, todo el tiempo… pero esto lejos de ayudar, sólo termina por agotarnos. La realidad es que no necesitamos ser perfectas. Lo que nuestros hijos necesitan es sentir nuestra presencia y conexión emocional para hacer frente a los retos de su vida. Sentirse vistos, escuchados, aceptados y horados por quienes ellos ya son. Que disfrutemos de nuestra compañía mutua al hacerles descubrir nuestro maravilloso mundo. Y aceptémoslo, esto a veces no es tarea fácil. Frente a algunas situaciones, sobre todo cuando estamos cansadas o estresadas, aquella vocecita interna que clama perfección puede distraernos, cometemos errores y nos sentimos culpables. Es normal, cuando sentimos que no lo hacemos “perfectamente” (como nuestra cabeza nos dice que debería ser) tendemos a decepcionarnos de nosotras mismas o de los demás.

 

Sin embargo, quedarnos atascadas en el sentimiento de decepción y culpa, no será productivo ni responsable. Quedarnos en la culpa alimenta nuestros miedos y en realidad lo que necesitamos alimentar es nuestro amor y autocompasión. Para ello, es preciso perdonar nuestros errores, reparar el “daño” y descifrar el mensaje que la culpabilidad nos quiere dar. Avanzar y trabajar para ser más asertivas la próxima vez. Aprender nuevas habilidades y trabajar en amarnos más cada día.

 

La sociedad enseña a avergonzarse por los errores. Disciplina Positiva nos dice que “los errores son maravillosas oportunidades para aprender”. Y es más fácil aceptarlos y responsabilizarse de ellos cuando nos enfocamos en avanzar hacia la búsqueda de soluciones. Así, propone las 4 R’s para recuperarse de los errores:

RECONOCER “Cometí un error”

RESPONSABILIDAD “Hice esto, en lugar de decirte mis sentimientos o lo que necesitaba”

RECONCILIAR “Lo siento”

RESOLVER “Trabajemos juntos en una solución”

No sólo Disciplina Positiva promueve el aprovechamiento de los errores como fuentes de aprendizaje y responsabilidad (para grandes y chicos), si no también otras figuras influyentes como la Dra. María Montessori cuya pedagogía contempla el aprendizaje práctico a través del ensayo y error, así como el Maestro Zen Thich Nhat Hanh, monje budista, embajador de mindfulness y activista por la paz, nominado para el Premio Nobel por ese motivo.

Con respecto a los errores, este último comparte en su libro en inglés How to Love:  “Como seres humanos, cometemos errores. Causamos sufrimiento a los demás. Lastimamos a nuestros seres amados y sentimos culpabilidad. Pero sin cometer errores, no hay forma de aprender. Si puedes aprender de tus errores, entonces ya has convertido la basura en flores. La mayoría de las veces, nuestros errores provienen de nuestra falta de habilidad, y no porque deseamos lastimar a los demás. Pienso en nuestro comportamiento en términos de mayor o menor habilidad en lugar de en términos de bien y mal. Si cultivas la habilidad, puedes evitar el sufrimiento en ti y en los demás. Si hay algo que quieras decirle a la otra persona, tienes que decirlo, pero hazlo de forma asertiva, de una manera que les permita a todos sufrir menos en lugar de sufrir más”

 

Así que este día, te invito a honrar tu perfecta imperfección, la increíble y maravillosa persona y madre que ya eres, aceptando y amando cada parte de ti. Somos todas mamás en construcción, no lo sabemos todo y vamos a cometer muchos errores en el camino. Lo importante es qué aprendemos de ellos, tanto nosotras como nuestros hijos y que nos demos cuenta de cómo los errores pueden incluso, ayudarnos a crecer y a fortalecer nuestras relaciones cuando los abrazamos en lugar de rechazarlos.

 

Disciplina Positiva fomenta las relaciones armoniosas en la familia ya que se basa en el respeto mutuo, el sentido de pertenencia, la cooperación y la responsabilidad.  Conoce esta hermosa filosofía de crianza en nuestro próximo taller Introductorio a la Disciplina Positiva en la Familia y descubre la variedad de herramientas que existen para ayudarte a educar desde la conexión y la empatía.

 

¡Felicidades mamás!

Con cariño,

Mónica

Compartir

Compartir Post:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimos Posts:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.