Lo positivo de lo negativo

Lo positivo de lo negativo

LO POSITIVO DE LO NEGATIVO

 

Tengo un hijo de casi 3 años y una bebé de 6 meses. Para todas las mamás, nuestros hijos son especiales en todos los aspectos y educarlos definitivamente representa un reto.

En mi caso, mi primer gran reto fue con mi hijo, no sólo porque como dicen “nadie nacemos sabiendo ser padres”, sino porque desde pequeño notamos que tenía dificultad para socializar con la gente. Me tocó escuchar todo tipo de comentarios y recibir todo tipo de expresiones cuando se acercaban a él para saludar, para cargarlo o simplemente para decirle un piropo y ver que su reacción era aferrarse a mí o a su papa y escuchar que (desde muy pequeño) dijera en repetidas ocasiones “no,no,no”… puedo decir que al principio incluso me ponía nerviosa, pues sólo pensaba en que los demás me juzgarían por lo “mala madre que soy” y a el como el típico niño berrinchudo. Luego entendí que, como dice mi hermana, cada niño tiene su tiempo y su espacio y por tanto hay que respetarlos y  nunca presionarlos a hacer algo que no quieren hacer.

Sin embargo, mi instinto materno y mi preocupación por buscar que mi hijo estuviera bien, que sea un niño educado y que no sea un conflicto para el relacionarse en el futuro, me llevaron a buscar alternativas para ayudarlo a mejorar esta situación. Pensé en mil posibilidades y un día escuche una conferencia que cambió totalmente mi perspectiva… la persona hablaba de cómo podemos crear en los niños una idea de sí mismos positiva y por lo tanto hacer que se lo crean y sean así; o bien, repetirles lo que hacen mal o sus defectos tantas veces hasta lograr que sea parte de su personalidad.

Desde entonces decidí cambiar todo lo negativo por positivo, es sumamente complicado y representa un reto cada día, pero vale la pena pues me ha ayudado mucho a que mi niño sea más positivo y feliz. Todas las mañanas cuando se despierta agradecemos lo que tenemos, nuestra familia, la casa, el colegio, la comida, los amigos, etc; además de alguna otra cosa diferente cada día y SIEMPRE repite “soy un niño muy sano, muy fuerte y muy feliz”. Y cuando pregunta si puede hacer algo, buscamos la manera de responderle de forma positiva e intento explicarle las razones por las cuales debe cambiar algún comportamiento sin involucrar palabras negativas.

Repito, es un gran reto! Pero no sólo hemos visto resultados en la integración social de mi hijo, sino que nos ha ayudado como familia a buscar siempre el lado bueno de las cosas, la luz de las personas, la calma después de la tormenta…  sobre todo, me ha ayudado a entender que cada mamá tiene realidades diferentes, cada quien vive sus batallas y todas creemos que nuestros problemas son los más importantes o los más difíciles (al menos en el momento en que los estamos viviendo), y por esa simple y sencilla razón, porque cada una tenemos nuestros retos y diferentes estrategias y posibilidades, debemos comprendernos, ayudarnos y principalmente, dejar de juzgarnos.

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